Centrífuga 4-15: una sinergia de precisión, potencia e innovación
La centrífuga 4-15 de Sigma es mucho más que un simple aparato de laboratorio. Diseñada con tecnología punta y una robustez sin igual, está pensada para satisfacer las exigencias de los laboratorios modernos en una amplia gama de aplicaciones, desde la biología y la química hasta los ámbitos industriales. Tanto si es técnico de investigación, ingeniero o científico, la Sigma 4-15 le garantiza un rendimiento óptimo gracias a su versatilidad y su excepcional precisión.
La 4-15 está equipada con un sistema de control intuitivo que destaca por su simplicidad y eficacia. Con un único mando asociado a una pantalla LCD retroiluminada, el uso de la centrífuga se convierte en un juego de niños. Todos los usuarios, tanto principiantes como expertos, pueden configurar rápidamente las condiciones de centrifugación con gran precisión, gracias a la información clara y legible que aparece en la pantalla. Las velocidades de rotación se pueden ajustar con precisión en un rango de 100 a 13 500 rpm, con una precisión impresionante de 1 rpm.
Este grado de control permite adaptar el proceso de centrifugación a diferentes tipos de muestras, ya sea para la separación de células, la preparación de suspensiones químicas o la manipulación de fluidos complejos. Además, el mando único permite navegar con fluidez entre los diferentes parámetros, lo que garantiza un manejo rápido y eficaz, incluso para operadores con poca experiencia.
La Sigma 4-15 no solo es fácil de usar, sino que también cuenta con tecnologías innovadoras que optimizan la calidad de los resultados. En el corazón de su sistema se encuentra un motor sin escobillas, diseñado para no necesitar ningún tipo de mantenimiento. Este tipo de motor no solo garantiza una durabilidad excepcional, sino también una mayor eficiencia energética y un funcionamiento silencioso, incluso a altas velocidades. El motor funciona con suavidad, incluso a su velocidad máxima de 13 500 rpm, lo que reduce considerablemente las vibraciones y el ruido, mejorando así las condiciones de trabajo en el laboratorio.
El microcontrolador integrado gestiona la preselección de parámetros esenciales como la velocidad, el campo gravitatorio, el tipo de rotor y la duración de la centrifugación. Esto permite una configuración precisa y repetible de los experimentos, garantizando la reproducibilidad de los resultados. Gracias a sus 20 curvas de aceleración y deceleración preconfiguradas, el usuario puede adaptar el rendimiento de la centrífuga para proteger las muestras frágiles, especialmente durante la deceleración. Estas curvas permiten elegir aceleraciones suaves o rápidas en función de las características específicas de las muestras manipuladas, evitando así posibles perturbaciones o daños.
Otro punto fuerte de la 4-15 es su compromiso con la seguridad. Uno de los principales retos de las centrífugas es garantizar que los rotores no superen sus límites de velocidad máxima. La función de identificación magnética del rotor integrada en la 4-15 evita este riesgo al reconocer automáticamente el tipo de rotor instalado y ajustar la velocidad máxima en consecuencia. Este mecanismo no solo reduce el riesgo de daños materiales, sino que también protege a los usuarios y garantiza la seguridad de las muestras.
En cuanto a las normativas de seguridad, la Sigma 4-15 cumple con las normas internacionales IEC 1010, lo que significa que cumple con los estrictos requisitos de protección del usuario y seguridad eléctrica. Esto garantiza que la centrífuga se pueda utilizar con total confianza en cualquier laboratorio, en cualquier parte del mundo.
Con una capacidad máxima de 4 x 500 ml, la 4-15 es adecuada para aplicaciones de gran volumen, lo que la convierte en la opción ideal para laboratorios que manipulan grandes cantidades de fluidos. La gran capacidad permite realizar centrifugaciones en lotes grandes, lo que reduce el número de operaciones necesarias y aumenta la eficiencia general del laboratorio.
Las dimensiones de la centrífuga (405 x 490 x 685 mm) y su peso de 82 kg la convierten en un aparato robusto pero compacto, que se adapta fácilmente a cualquier laboratorio, independientemente del espacio disponible. Esta configuración permite su uso en diversos entornos, desde la investigación científica hasta el análisis clínico, pasando por aplicaciones industriales, lo que le confiere una gran versatilidad de uso.
Con su combinación única de potencia, precisión, facilidad de uso y seguridad, la centrífuga 4-15 se impone como una opción imprescindible para los laboratorios exigentes que desean trabajar con equipos de última generación.