Rotor de tubos verticales VTi 65.2: potencia y precisión para la ultracentrifugación biomolecular
El rotor VTi 65.2 de Beckman Coulter es un instrumento de precisión diseñado para satisfacer los requisitos más exigentes en materia de separación biomolecular en el marco de la ultracentrifugación preparativa. Este rotor de tubo vertical, que se puede utilizar en centrifugadoras de clase H, R y S de la marca, permite procesar hasta 81,6 ml de muestras distribuidas en 16 tubos individuales, cada uno de ellos insertado verticalmente para optimizar la distribución de las fuerzas y mejorar la resolución de los gradientes de densidad. Este tipo de configuración es especialmente adecuado para la separación de ácidos nucleicos (como el ADN plasmídico o genómico) y proteínas en gradientes de CsCl o sacarosa.
Fabricado en titanio, un material ligero, robusto y resistente a la corrosión, el VTi 65.2 cuenta con un acabado en pintura de poliuretano negro y un sistema de seguridad reforzado que incluye un disco fotoeléctrico de sobrevelocidad. Este dispositivo, instalado en la base del rotor, es detectado por la ultracentrífuga para evitar que se supere la velocidad máxima permitida (65 000 rpm). Gracias a una fuerza centrífuga relativa de hasta 416 000 × g en el radio máximo, este rotor es uno de los más eficaces de su categoría para protocolos que requieren velocidades extremas.
La preparación del rotor se simplifica gracias al uso de tubos OptiSeal y Quick-Seal, cada uno de los cuales requiere separadores específicos según su tipo. Los tubos OptiSeal se cierran por presión hidrostática y fuerza g, lo que garantiza una estanqueidad sin necesidad de herramientas, mientras que los tubos Quick-Seal se termosellan antes de la centrifugación. Estos tubos desechables son de un solo uso, lo que minimiza el riesgo de contaminación cruzada y optimiza la seguridad de los usuarios, especialmente cuando se manipulan muestras patógenas.
En cuanto al funcionamiento, el VTi 65.2 requiere una disposición simétrica de los tubos, con un llenado equilibrado para mantener la estabilidad del rotor a alta velocidad. Cada cavidad utilizada debe estar equipada con un espaciador y un tapón, atornillado con una llave dinamométrica para garantizar la estanqueidad. El tiempo de aceleración hasta la velocidad máxima es de aproximadamente 11 minutos, mientras que la desaceleración tarda 8 minutos, tiempos que pueden modularse según las necesidades de estabilidad del gradiente.
El VTi 65.2 encarna así el rendimiento, la fiabilidad y la seguridad, tres pilares fundamentales para los laboratorios exigentes en biología molecular y bioquímica.